Intoxicación por Antiácidos y Ambientadores
1° Antiácidos
Son fármacos generalmente de base alcalina,
utilizados para contrarrestar la acidez estomacal en cuadros como la dispepsia
o la ulcera péptica. Se clasifican según su compuesto químico, los más
utilizados son el bicarbonato sódico (NaHCO3), el carbonato cálcico
(CaCO3) y el hidróxido de magnesio (Mg(OH)2) o de aluminio.
Existen dos clases: los no sistémicos, que reaccionan localmente el con el
ácido y reaccionan para formar una sal
que no se absorbe y agua, por ejemplo las sales de magnesio, calcio y aluminio
que tienen un tiempo de acción largo; por otro lado se encuentran los
sistémicos como el hidróxido de magnesio y el bicarbonato de sodio que
forman sales que son absorbidas, tienen
una acción más rápida pero menos duradera.
No se ha determinado la dosis tóxica de estos
fármacos en humanos sin embargo, en el caso de ingerir altas dosis podemos
encontrar los siguientes signos de alarma:
Compuestos de Magnesio:
Insuficiencia renal: suspensión de la micción,
hinchazón de la cara o extremidades, mal aliento y sabor metálico, fatiga
Depresión de la consciencia
Arritmias cardíacas: latidos irregulares,
sensación de palpitaciones en el pecho
Compuestos de Aluminio:
-
Anorexia: falta completa de apetito, aversión por
la comida
-
Debilidad muscular
- Insuficiencia renal
- Neurotoxicidad: lesión del tejido nervioso y cerebro, generalmente observado en personas con exposición crónica
- Bicarbonato de Sodio:
- Alcalosis metabólica donde la sangre se
encuentra más alcalina de normal y la respiración se vuelve lenta y profunda,
puede desencadenar convulsiones o espasmos musculares.
- Carbonato cálcico:
- Síndrome de leche y alcalinos, donde la ingesta
de carbonato cálcico bicarbonato de sodio, elevan niveles de calcio en la
sangre alteran el apetito, producen mareo, debilidad muscular, dolor de cabeza,
confusión o incluso psicosis.
Los mencionados anteriormente son signos de
alarma en caso de que una persona haya ingerido varias pastillas de antiácidos,
la conducta más apropiada es llamar inmediatamente al sistema de emergencias o
centro toxicológico local, se debe dar información sobre la edad, peso y estado
del paciente, sobre el fármaco que tomó, la hora aproximada de ingesta y la
cantidad. En caso de que una ambulancia no se encuentre disponible, llevar al
paciente al hospital más cercano. Nunca se debe tratar de inducir el vómito ni
dar alimentos o bebidas.
El tratamiento que se da en un entorno
hospitalario puede incluir la estabilización de los signos vitales, monitoreo
cardíaco, soporte ventilatorio y lavado gástrico más carbón activado para
evitar que el fármaco que se encuentra en el estómago se absorba. Se debe
manejar las complicaciones cardíacas, la función renal y hepática debe
mantenerse.
2° Ambientadores
Un ambientador una sustancia orgánica
aromática que perfuma un ambiente. Algunos ambientadores, sobre todo aquellos que necesitan calor para difundir el
aroma, pueden resultar tóxicos. Dentro de esta categoría se encuentran los aceites
para quemar, inciensos y velas que emiten niveles excesivos de sustancias
tóxicas, alergénicas o contaminantes al quemarse.
Algunas de las sustancias químicas que se encuentran
en los ambientadores son volátiles debido a su característica de ser
disolventes:
Alcohol etílico e isopropílico: intoxicación
etílica, con irritación gastrointestinal, acidosis metabólica con cetonemia e
hipoglicemia.
Formaldehído: es un carcinógeno reconocido,
además puede producir quemaduras al entrar en contacto con tejidos.
Fenol: es un neurotóxico, no se conoce el
mecanismo de su toxicidad pero pueden causar alteraciones clínicas
inespecíficas como por ejemplo narcosis, irritabilidad, euforia y
descoordinación de movimientos.
Ftalatos o estéres del ácido ftalático:
comprende varios compuestos que pueden tener efectos deletereos sobre la
fertilidad y sobre el sistema nervioso causando mielinopatías o alteraciones en
los órganos sensoriales.
Benceno: es un compuesto carcinógeno comprobado,
además tiene efectos tóxicos sobre el sistema nervioso.
Terpenos: aromatizadores naturales de muchas
plantas. En caso de ingestión, produce lesiones por quemadura del tracto
digestivo e indigestión.
Naftaleno: se usa como antipolillas. La
intoxicación aguda produce trastornos en el SNC con cefalea, fatiga y
dificultades para hablar, además,
destruye los glóbulos rojos.
La dosis tóxica varía dependiendo de la
composición de las sustancias venenosas en el ambientador, la vía de entrada,
la edad del paciente y el estado de salud previo. Por ende, podemos sospechar
de una intoxicación basándonos en las manifestaciones clínicas y signos de
alarma:
Irritación por contacto directo: Pérdida de la
visión o ardor intenso de los labios, nariz y garganta.
Gastrointestinales: vómito o heces son sangre,
ardor por quemaduras del esófago.
Cardiovaculares: en un inicio sensibilización
del corazón a las sustancias estimuladores simpaticomiméticas con latidos de
alta frecuencia, posteriormente, falla cardíaca con desmayo por hipotensión.
Respiratorios: irritación o quemadura de los
orificios de entrada, dificultad respiratoria.
Sistema Nervioso: dolor de cabeza, depresión de
la consciencia, convulsiones.
Si se encuentran algunas de las manifestaciones
antes mencionadas, se debe llamar inmediatamente al sistema de emergencias o
centro toxicológico local, prepararse para dar información sobre la edad, peso
y estado del paciente, la sustancia con la que tuvo contacto, la hora
aproximada del evento y la cantidad de sustancia que hizo contacto. En caso de
que una ambulancia no se encuentre disponible, llevar al paciente al hospital
más cercano. Nunca se debe tratar de inducir el vómito ni dar alimentos o
bebidas. Si el químico entró en contacto con la piel o los ojos, enjuague con
abundante agua durante al menos 15 minutos. Si la persona inhaló el tóxico,
llévela inmediatamente a tomar aire fresco.
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