Un poco de historia...
En 1893, el paracetamol fue encontrado en la
orina de personas que habían ingerido fenacetina y fue aislado como un
compuesto blanco y cristalino de sabor amargo. En 1899, el paracetamol fue
identificado como un metabolito de la acetanilida.
El acetaminofén es el metabolito activo de la fenacetina; debido a los efectos tóxicos de la fenacetina y a la disponibilidad del acetaminofén, la fenacetina ha dejado de usarse. El acetaminofén tiene actividad analgésica y antipirética de forma similar a la aspirina; sin embargo, no tiene actividad antiinflamatoria periférica o efectos en la función plaquetaria. Es efectivo para aliviar el dolor agudo y crónico y suele preferirse su uso en lugar del de los AINES debido a sus escasos efectos hematológicos, gastrointestinales y renales.
Los nombres
paracetamol y acetaminofén pertenecen a la historia de este compuesto y
provienen de la nomenclatura tradicional de la química orgánica, N-acetil-para-aminofenol
y para-acetil-aminofenol.
Debido a su bajo costo, alta eficacia y libre comercialización se asocia
con sobredosis accidentales e intencionales. La toxicidad por acetaminofén
representa la mayor causa de falla hepática fulminante.
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