1. Introducción
El yeso es un
mineral natural cuyo principal componente químico es el sulfato de calcio
dihidratado. Su uso en construcción, por ejemplo, requiere la adición de otras
sustancias que modifican sus propiedades de fraguado, resistencia, adherencia y
densidad.
De forma
natural, el yeso se puede encontrar como una roca en canteras. Cabe mencionar
que el yeso que se destina para uso industrial tiene como principal componente
químico al sulfato de calcio hemihidratado.
Las fuentes de
yeso que potencialmente pueden causar intoxicación son las tizas de pizarra de
uso escolar, cuya utilización ha disminuido pero no ha desaparecido en nuestro
medio; exposición laboral en trabajadores de la construcción y exposición
incidental a vapores derivador de paredes de yeso mal tratadas que permite la
proliferación de bacterias capaces de producir gases tóxicos (como el sulfuro
de hidrógeno) a partir del yeso.
2. Toxicidad y Manejo
EL polvo de yeso
es la sustancia que con más frecuencia se asocia a intoxicaciones. La toxicidad
del yeso es moderada, lo que significa que aunque el compuesto no es corrosivo,
ácido ni álcali, es capaz de producir irritación de las mucosas, obstrucción
gastrointestinal tras la ingestión y problemas respiratorios que pueden
requerir atención hospitalaria.
La absorción del
yeso a través de las mucosas y el aparato digestivo es limitada y mínima. Sin
embargo, es importante saber que tras la ingestión de yeso (como sucede cuando un
niño come tiza, por ejemplo) éste se hidrata y produce un bolo grumoso que
puede ocasionar una obstrucción intestinal, casi siempre a nivel pilórico. Por
ende, ante la ingestión de yeso, es muy importante evaluar la cantidad ingerida
siempre que sea posible. Si no lo fuera, se debe acudir de inmediato al
servicio de emergencia del hospital más cercano o llamar una ambulancia y estar
atentos a síntomas de alarma como vómito y dolor abdominal.
Exposición de la piel
La mayoría de
las personas no experimentan problemas cuando el yeso entra en contacto con la
piel. A veces, sin embargo, el yeso puede causar irritación de la piel. Esto
por lo general sólo se produce con el contacto prolongado o repetido. La
irritación de la piel puede aparecer en forma de enrojecimiento, sequedad o
picazón. Si la irritación se produce poco después del contacto con yeso, se
procederá a lavar la zona afectada con agua tibia. Esto elimina el yeso que está
causando irritación y basta para aliviar los síntomas. Si la irritación
persiste, se debe buscar atención médica.
La irritación se
puede evitar empleando barreras de protección como elementos de bioseguridad:
mandiles o vestimenta con mangas largas y guantes evitan que los antebrazos y
manos entren en contacto directo con el yeso.
Inhalación
Debido a la
consistencia polvorienta del yeso, se puede producir la inhalación. Estar en
una zona con alta concentración de yeso en el aire puede ser peligroso. Si se
utiliza en interiores, se han de tomar medidas para evitar la inhalación del
mineral, como el uso de una mascarilla y la procuración de medidas de
ventilación adecuadas. Si se emplea yeso en un área abierta, la inhalación de
yeso es muy poco probable, pero sigue siendo una posibilidad. Si se inhalara
yeso, se deberá evitar una mayor exposición alejándose de la zona y buscando un
espacio bien ventilado y al aire libre. Si alguien más está en el área, debe
eliminarse el origen de la contaminación y también moverse al aire libre para
evitar la exposición.
Exposición de los ojos
El yeso puede
entrar en los ojos por contacto directo. Cuando una sustancia extraña entra en
el ojo, produce irritación conjuntival. Esto puede implicar dolor,
enrojecimiento, ardor y otros síntomas comunes de la irritación ocular. La
sustancia polvorienta necesita salir del ojo para lograr un alivio. Se debe evitar
frotar el ojo afectado, ya que esto puede agravar el problema. Se debe dejar
que el ojo naturalmente lagrimee durante unos minutos. Esto suele ser
suficiente para eliminar el yeso. Si el yeso todavía está atascado en el ojo,
enjuagar de forma manual con algo de agua tibia, manteniendo el ojo abierto. Si
aun así el yeso continúa atascado en el ojo, no se debe intentar removerlo y se
ha de buscar atención médica si el yeso se mantiene allí o si la irritación
continúa.
3. Tratamiento
El tratamiento
dependerá de la forma de exposición. Por lo general, ante el contacto con
mucosas o piel lo que se recomienda es lavar con abundante agua tibia la zona
expuesta. Si hay irritación faríngea, se puede hacer gárgaras con agua limpia y
tibia. Para limpiar la mucosa nasal, puede emplearse suero fisiológico.
Una situación que
requiere atención hospitalaria, no por la gravedad inminente sino por el riesgo
de obstrucción, es la ingestión de yeso. En este caso, se debe observar
síntomas de alarma y el tratamiento se dirigirá según éstos aparezcan o no.
yyy... si respire yeso por la nariz???
ResponderEliminarpoco, no se si poco
Voy a utilizar parte de su información para una denuncia pública a través de las redes sociales, por una fábrica de yeso que funciona en zona urbana, aproximadamente a quince cuadras del centro (Km 0) de la Ciudad de San Luis.
ResponderEliminarMi perro consumió yeso tiene dolor estomacal
ResponderEliminarYo trabajo con yeso, pocas veces me pongo mascarilla al preparar la mezcla ,pero desde ahora la voy a usar siempre
ResponderEliminarMi hija de 3 año jugo con yeso ,supongo comio un poco que puedo hacer,tiene la lengua irritada
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